"Un refugio de encanto", así es como muchos describen a Casa Peleyon. Con décadas de dedicación, hemos perfeccionado cada aspecto para brindar una experiencia inolvidable.

Durante dos décadas, hemos tejido con esmero el cariño en cada rincón, desde los desayunos matutinos hasta la calidez de nuestras habitaciones, creando una atmósfera de elegancia y confort que ha sido atesorada a lo largo del tiempo. Ángeles, nuestra anfitriona, ha sido la piedra angular de este proyecto, acompañada por sus tres hijos, criados con el mismo amor que se respira en cada rincón de nuestro encantador hotel.

Desde la cordial bienvenida hasta las amenidades más sofisticadas, cada detalle ha sido meticulosamente diseñado para ofrecer una experiencia que perdure en la memoria de nuestros huéspedes. 

El hotel era, en su principio, una estructura que originalmente servía como pajar y cabanón, donde descansaban los aperos de labranza. El salón del hotel albergó en su día el típico barco de la ría, lo que explica su diseño abovedado distintivo, con un patio exterior donde se endulzaba la vela.